JULIO HUMBERTO GRONDONA

Fue por su fuerte carácter que empezó todo. Desde 1943, Arsenal (un equipo de amigos cuyo nombre evocaba al club inglés) triunfaba en casi todos los partidos de campeonatos regionales de Avellaneda y Lanús, pero fue en 1956, gracias a Julio Grondona, que comenzó a convertirse en el club que amamos.

El y el resto de los amigos que componían ese equipo de fútbol, se juntaban todos los días en el bar "Las Tres F", donde consumían poco y se quedaban varias horas jugando al truco y al tute. Cansados de esto, una tarde los dueños les cerraron las puertas en la cara y Julio enfureció, por lo que se puso al frente del proyecto y buscó un lugar donde pudieran juntarse. Así, consiguió un terreno baldío donde, un año más tarde y luego de construir una pequeña sede, fundaría el Arsenal Fútbol Club.

Después, la historia conocida: llegó la afiliación a AFA en 1961 y a partir de ahí, los éxitos que fueron llevando a la humilde institución al lugar que ocupa hoy en día. Julio fue el presidente del Arse desde su fundación hasta 1976, y bajo su gestión, el club logró el ascenso a Primera C en 1962 y a Primera B en 1964, así como también ser campeón del Torneo Promocional de Primera B de 1968.

Hincha de Independiente desde chico, Julio supo marcar la diferencia con su sentimiento por los colores celeste y rojo. "La vida nos puso ante Arsenal y el cariño empezó a repartirse. Independiente era grande cuando llegamos. Arsenal es otra cosa distinta: nosotros le dimos vida, lo pusimos de pie, le enseñamos a caminar..." (extracto del libro Bien de Familias).

Sin embargo, ese vínculo con el Rojo (herencia de su padre) lo llevó a la presidencia de dicha institución desde 1976 hasta 1979, año en que asumió la presidencia de la Asociación del Fútbol Argentino, que dirigió hasta el día de su deceso. Además, desde 1988 a la actualidad, se desempeñó como vicepresidente de la FIFA.

Fueron 35 años al frente de la AFA, décadas de mucha exposición pública a nivel nacional, décadas de "aciertos" y "errores" (dependiendo del ojo de quien las juzgue) pero también décadas de una marcada vocación dirigencial, pese al Amor-Odio que despertó en millones de argentinos.

Se fue un pedazo de la historia de nuestro fútbol. Un tipo que dejó su huella en todo. Quizás, con su muerte, muchos empiecen a analizar su obra. Nosotros, los que llevamos la celeste y roja en el corazón, lo recordaremos como el padre de la institución que cada día amamos más. Y el agradecimiento es eterno.

Don Julio Humberto Grondona (19/9/1931 - 30/7/2014). QEPD.